Lo que hace especiales a nuestros engreídos.
El gusto: El gato tiene un sentido del gusto muy selectivo. Proporcionarle una medicina mezclada con su comida puede resultar una tarea difícil, ya que normalmente es capaz de detectar cualquier aditivo en su alimento. A diferencia del perro, el gato no es nada goloso, aunque algunos gatos mimados desarrollan el gusto por el dulce y la fruta.
El oído: El oído del gato es muy agudo y puede captar sonidos de alta frecuencia, hasta dos octavas por encima del ser humano. Se le puede entrenar perfectamente para reconocer y responder a ciertas palabras, como su nombre, por el tono de voz que se emplea.
El tacto y el bigote: Los pelos del bigote actúan como antena y ayudan al gato a evitar obstáculos con iluminaciones muy débiles. El gato es extremadamente sensible al tacto, y cada pelo de su cuerpo responde a la vibración más ligera.
El olfato:
Los gatos tienen sentido de las territorialidad y marcan sus dominios con olores que advierten a los otros felinos. Su sentido del olfato está reforzado por el órgano de Jacobson, que permite analizar los aromas paladeando las moléculas volátiles en la parte posterior de la lengua.
La vista:
Aunque el gato tiene una visión cromática bastante pobre, sus ojos están diseñados para poder aprovechar cualquier tipo de luz, de forma que puede ver en condiciones de gran oscuridad. Su vista es la del cazador y posee un campo de visión mucho más amplio que la del hombre, lo que le permite percibir el más ligero movimiento de sus presas.
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http://gatitosmichis.blogspot.com/2010/05/los-gatos-y-sus-sentidos.html